HOJA de CONTROL para HACER CERVEZA 【 2024 】

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El control en el proceso de elaboración de cerveza es fundamental. Para ello tienes que trabajar de la forma más sistemática posible.

Planifica las tareas, anota los resultados así como cualquier cosa que te ocurra (un atasco, una subida de temperatura…). Sólo de esta manera podrás valorar de forma objetiva como ha ido la faena y poder introducir modificaciones y mejoras.

La hoja de procesos para hacer cerveza te va a ayudar cumpliendo una doble función:

Es una hoja de ruta con los pasos a seguir.
En ella anotarás todo lo ocurrido en la elaboración, por lo que te servirá de estadillo para archivar y consultar en futuras elaboraciones.

Capitular todo lo que ocurre durante una elaboración es muy importante ya que te permitirá:

Conocer mejor tu equipo de elaboración

Es fundamental saber cómo se comporta tu equipo cervecero. Qué rendimiento tiene, cuánto mosto evapora en la fase de hervido, cuánto mosto pierdes en los trasiegos… así como valorar qué cosas no te resultan cómodas o son poco eficientes.

Por ejemplo, imagina que al revisar las notas concluyes que tu hervidos es poco vigoroso o todo lo contrario, es decir, la evaporación es excesiva. Pues ya sabemos sobre qué elemento debes actuar: la potencia de la olla de hervido.

Ser consistente entre elaboraciones

No es extraño encontrar comentarios del orden «no consigo hacer dos veces la misma cerveza».

Lo primero de todo es valorar si haces todo exactamente igual. Esto atañe a los insumos y al equipo.

En cuanto a los ingredientes, afortunadamente, hay bastante estabilidad en el producto, pero eso no quita para que cada año la cosecha de un lúpulo pueda tener variaciones.

Por otro lado tienes que revisar tus notas y comprobar si las dos elaboraciones han sido un calco entre sí. Si hay alguna variación entre la una y la otra ya tienes un motivo para empezar a justificar por qué no te ha salido la cerveza igual.

Adaptar las recetas a tu equipo

Esto es una consecuencia de lo anterior. En función de las características de tu equipo tendrás que ajustar la receta.

Así pues si una receta está confeccionada para un equipo con un rendimiento del 75%, y el tuyo rinde el 70% tendrás que incrementar las cantidades en su proporción para obtener un resultado lo más fiel posible al original.

Localizar errores puntuales

Tener una correcta relación de lo ocurrido, y esto incluye lo que se ha hecho bien y lo que se ha hecho mal, te permitirá establecer pautas para repetir el proceso o corregirlo en consecuencia.

Además, te permitirá encontrar una relación causa-efecto en el supuesto de que detectes defectos en tu cerveza.

Por ejemplo, imagina que tu cerveza tiene cierta astringencia. Si revisando tus notas observas que durante el macerado no controlaste bien la temperatura y ésta fue excesivamente alta por mucho tiempo seguramente ya has encontrado la causa: Una excesiva extracción de taninos de la cáscara del grano por la elevada temperatura.

Discriminar las características de los insumos

Similar al apartado anterior pero sin que medie ningún defecto aparente. Estos es totalmente una cosa de los ingredientes.

Cada malta, cada lúpulo, cada cepa de levadura, por supuesto el agua y en el caso de haberlos, los adjuntos, van a dejar su impronta en la cerveza.

Es una buena práctica que adjuntes a cada hoja de procesos una hoja de cata. Así avanzarás en reconocer los estilos, los ingredientes y cada vez harás mejor cerveza.

Por ejemplo, si haces una IPA con una única variedad de lúpulo y en otra ocasión hacemos la misma receta con un lúpulo de otra variedad podrás diferenciar con claridad las características de cada lúpulo.

¡Hala! Ya me enrollado bastante. Aquí te dejo la hoja de procesos.